El origen de la leyenda de la Pachamama se remonta a la época del dominio incaico en los territorios del noroeste argentino y es anterior a la conquista española. Ella, en quichua, la “Madre Tierra”, esposa de Pachakamac, engendró a Inti (el Sol) y a killa (la Luna) y es aún hoy la dueña de los poderes que hacen a la fecundidad , la que distribuye el bien y el mal, a la vez que es guía y ayuda para los pueblos que la honran. La secundan en la Fiesta, el “Llajtay” (padre de las bestias) , el “Pujllay (el diablo y señor de las carnestolendas), junto con “Nujita” o “Alhajita”, joven indígena que representa a los frutos de la tierra
El culto a la “Pachamama” varía de acuerdo a la etnia y hasta en cada una de ellas, con el paso del tiempo, ha ido cambiando. En épocas pasadas tenía más de ritual violento y sangriento, con el sacrificio de animales, pero hoy ha derivado hacia expresiones más festivas, plenas de colorido, alegría y alborozo, que tienen distintos contenidos, según sea la región donde se la celebra.
Se trata del festejo más popular de los pueblos originarios de América Latina. El día celebra a la Madre Tierra: "Pacha" en aimara y quechua significa tierra, mundo, universo mientras que “Mama” es madre.
Es interesante destacar que etimológicamente, el nombre. «Pacha», es, en aymará y quechua, no solamente la tierra, o sea el entorno físico y extenso de la naturaleza, sino que significa también mundo, universo e incorpora además el concepto de tiempo, o sea el proceso cambiante de los fenómenos por transcurrir. De esta forma, «Pachamama» es «la Madre Tierra-Tiempo», en la cual se desenvuelve la actividad del habitante americano, y a la que éste agradece cíclicamente sus frutos, al llegar el momento de comenzar las labores agrícolas manuales.
El objetivo es agradecer, pedir y bendecir los frutos que ofrenda la Pachamama. De acuerdo a la creencia, es el tiempo de adoración a la Madre Tierra y de agradecerle por la abundancia del suelo, las cosechas y el buen tiempo. El modo de celebración cambia de acuerdo a las costumbres ancestrales de cada pueblo.
En Salta y Jujuy (Argentina), los rituales se inician el 31 de agosto e incluyen ceremonias con sahumerio en casas, comercios y hasta oficinas públicas.
Se trata de un rito que proviene de la comunidad andina y fue adoptada del pueblo inca hace mucho tiempo. Actualmente, para los atacameños de la Puna chilena, el día de la Pachamama es también su año nuevo: la Primavera va despierta y el invierno, con todos sus males, queda atrás.
Más allá de las diferentes formas en la que cada comunidad lleva adelante sus rituales, la celebración del día de la Pachamama aparece como un acto de defensa de las creencias y cosmovisiones de los pueblos originarios. Es sinónimo de la supervivencia de historias ancestrales, y de una visión compleja que une al hombre con la Tierra.
La tradición de tomar la caña con ruda cada 1 de agosto se impuso porque los pueblos originarios de Latinoamérica aseguraban que en este mes era el que se registraban más muertes de personas y animales del monte, una de las principales fuentes de alimentación de la población.
Frente a este clima, las cosechas podían perderse por el frío, por lo que era el período del año más duro. Los caciques y los brujos decidieron finalmente instalar esta costumbre como remedio natural a esos males que servía para ahuyentar a los malos espíritus del invierno. Esta tradición sigue vigente hoy en día en varios puntos del continente, principalmente Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.
«Julio los prepara y agosto se los lleva», es un dicho de los pueblos originarios. Para alejar el «maleficio», decidieron hacer una suerte de conjuro a través de la ingesta de caña con ruda, que se toma preferentemente en ayunas.
La bebida fue adoptada luego por los criollos, quienes mantuvieron y difundieron la tradición de beberla cada 1 de agosto.
¿Cómo se prepara? Se añade a una botella de hasta 250 centímetros cúbicos hojas de ruda macho, las cuales son más anchas y se cree que tienen propiedades más fuertes.
La maceración en la bebida dura un mes y se debe guardar en un lugar oscuro y seco. Si se le quiere dar un toque de sabor distinto se le pueden agregar cáscaras de limón o naranja.
Fuentes: Rouge - el Clarin - el arcón de la historia
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