Creo que el hombre es responsable de su propia felicidad, de modo
que ahora estoy disfrutando de lo que yo mismo me he labrado.
Sí, puedo decirlo sin falsa modestia: esta felicidad la he creado yo mismo
que ahora estoy disfrutando de lo que yo mismo me he labrado.
Sí, puedo decirlo sin falsa modestia: esta felicidad la he creado yo mismo
y tengo un poder absoluto sobre ella
Antón Chéjov
Este fragmento del cuento “El profesor de ruso” me ha hecho pensar la
situación que atravieso: robo de bici y celular; mi barrio, La Reliquia,
destruído en nombre del desarrollo capitalista; y la chupqua* que
defendemos y habitamos muchos pájaros, insectos, hongos, plantas,
microorganismos y primates, amenazada por dos obras: una pista de BMX
y una gran alameda.
Podría verlo como una desgracia y estar sumergido en la tristeza.
Pero no es así ¡Soy feliz! Y no he dejado de serlo a pesar de las situaciones
mencionadas anteriormente.
Ahora, podrían ustedes preguntarse ¿Por qué está feliz este primate?
Con gusto les respondo: porque día a día conozco personas que aportan a
mi vida valiosas lecciones; porque estoy viviendo la oportunidad de ver a las
personas organizarse como una red para defender la vida; porque desde
esta red co-inspiramos por la vida.
Una mujer hermosa que conocí hace poco me dijo que no hay que dejar de resistir.
Sus palabras me han hecho ver que soy feliz porque mi vida y mis
acciones son resistencia. Así que el día que dejaré de resistir será porque decidiré no ser responsable de mi felicidad.
Sus palabras me han hecho ver que soy feliz porque mi vida y mis
acciones son resistencia. Así que el día que dejaré de resistir será porque decidiré no ser responsable de mi felicidad.
Con esto quiero invitarlos a que resistamos. Quiero invitarlos a que nos
apoyemos mutuamente, a ser solidarios y compasivos, a reconocer
nuestros egos y superarlos para generar la conciencia colectiva
¡La revolución la hacemos juntas!
¡Que viva la revolución de la vida! ¡Que viva la felicidad! ¡Que viva la dignidad! ¡Que viva la resistencia!
¡Que viva la revolución de la vida! ¡Que viva la felicidad! ¡Que viva la dignidad! ¡Que viva la resistencia!
Cordialmente: